En esta obra la autora se ha propuesto la tarea de elucidar el nexo existente, por una parte, entre el complejo, determinado por el individuo, y el arquetipo, condicionado por lo universal, y por otra parte entre ambos y el símbolo. La obra debe su existencia al deseo de aclarar estos tres conceptos fundamentales, verdaderos pilares del pensamiento junguiano.