El señor Luis sembró una semillita y, aunque se muere de ganas por verla germinar, sabe que debe ser paciente. Todos los días se acerca a mirar si de la semilla por fin creció una planta. Pero cada vez que mira las cosas siguen igual. En esta historia hay otro personaje interesado en que la semilla crezca y, como el señor Luis, procura ser paciente Una simpática historia donde veremos que, si la paciencia se pierde, podemos optar por la constancia y el buen humor.