El peso de la ausencia, el del silencio, el de todos los recuerdos -el peso propiamente del mundo- y, más aún, el verdadero dolor de, a pesar de todo, tener que seguir hacia adelante. Hay quien los llama demonios, para Silva son cocodrilos. Son estos los vértices en torno a los que el poemario en prosa de María Jesús Silva se compone.
Nos encontramos con un texto repleto de citas de grandes autores convenientemente aplicadas, que trazan el camino que la poeta nos invita a recorrer con la lectura de un poemario lleno de una gran sensibilidad.
Es el poemario de Silva una suma de todos los cocodrilos que a cada uno de nosotros nos acechan durante una vida que, en mayor o menor medida, nunca es fácil. Pues vemos cómo esos cocodrilos golpean una y otra vez, dejando quizá lo que más pesa: el silencio, máximo exponente de la ausencia. Pues la ausencia ocupa lugar, y es ese vacío el que hace que a la poeta le duela hasta respirar.