Eterio, -jovenzuelo nombrado obispo, no por méritos, sino por el poder de mi familia y el legado de mi sangre, sin el bagaje y méritos suficientes e imprescindibles para ser considerado un príncipe de la Iglesia-, narra una apasionante historia de la vida en el Monasterio de San Martín de Torieno, hoy Santo Toribio de Liébana, del que era abad -un hombre con las cualidades para ser considerado todo un virtuoso, un devoto repleto de fuerza y de bondad para alterar el estado de las cosas desde su recóndito cobijo de santidad-. La voz de Beato de Liébana era escuchada más allá de las montañas lebaniegas que le protegían, él enviaba emisarios para ofrecer respuestas a los desafíos de una época acuciada de incertidumbres. Las fascinantes controversias entre distintas jerarquías eclesiásticas, los distintos trabajos y técnicas de miniado que se llevaban a cabo en el scriptorium del monasterio, el simbolismo de las inigualables miniaturas que ilustraban los Comentarios de Beato, configuran un atractivo y sugerente texto de BALTASAR MAGRO que se acompaña de reproducciones procedentes de distintos Beatos.