Juan Goytisolo viajó a los pueblos de los alrededores de Níjar y el Cabo de Gata para narrar con técnica novelística sus encuentros con un paisaje de soledades ásperas y sus habitantes, que se debatían entre la búsqueda de la supervivencia diaria y el sueño imposible de la emigración, bajo la omnipresente vigilancia de la guardia civil franquista.