Lola acepta la propuesta de sus hermanos de pasar una temporada en el bosque mítico de su infancia: ya no son niños, pero han perdido a los padres y el reencuentro puede ser reparador. Juana vela por una armonía imposible mientras Andrés quiere tomar las riendas de la familia. Lola apenas habla porque nadie la escucha. Hasta que un brutal incidente cambia el rumbo de los acontecimientos.
El silencio ha gobernado siempre a la familia, heredado de padres a hijos, réplica de una sociedad que prefirió callar demasiadas cosas. Pero tarde o temprano la verdad tendrá que salir del bosque.