Los cambios que afectan a nuestras sociedades exigen nuevas respuestas a las necesidades. La crisis del Estado de Bienestar Keynesiano, el peso cada vez mayor de los procesos globales y la aparición de nuevos grupos y necesidades sociales, requieren una concepción más dinámica de la administración social. La planificación y evaluación de las acciones de bienestar social, especialmente a través del diseño de políticas y planes de actuación sectoriales; la mayor contribución de la iniciativa social al bienestar, y la influencia en las políticas nacionales de los procesos y estructuras organizativas internacionales, son muestra de este proceso de adaptación al cambio. En esta obra se estudian los elementos más significativos que definen la posición de las políticas de bienestar, y especialmente la de servicios sociales, ante tales retos.