Joaquín Leguina es el mejor representante del político intelectual que acaba dedicándose también a la escritura, lo hace bien estética y temáticamente y, además, aglutina en torno a su obra literaria a un público lector fiel. El proceso de gestación de Historias de la calle Cádiz surgió a principios de 1980. El elemento que da unidad a la obra es el edificio de la calle Cádiz, número 20, de Santander, en el cual transcurren casi todas las historias relatadas y que representa el punto de partida o de encuentro de una serie de personajes reconocibles y que nos transmiten historias más o menos verídicas con una poderosa carga formativa. Desde la calle Cádiz vivimos la historia real del naufragio del Cabo Machichaco en noviembre de 1893 frente a la bahía de Santander, vivimos el fuego que asoló Santander, el primer encuentro con el sexo de los muchachos de comienzos del S.xx, historias de la guerra civil, e incluso relatos que buscan en nuestro futuro, una vez decepcionados de todo, quizá en algún tranquilo balneario. Ediciones Irreverentes recupera fielmente el proyecto original que vio la luz en 1985 y