Fernando Herrero (1963) es natural de Asenjo de la Sierra, Soria. Esta obra ahonda en su poética de raíz castellana, austera, casi sin artificio, sin literatura. Contempla el dolor, la muerte, la pérdida de la memoria y del sentido, la variedad de todas las cosas. Y, aún así, es una celebración de la vida, del goce, del asombro, de la emoción, de lo que conmueve y salva.