Puede que esta noche tu plan sea contar un cuento para dormir a un niño, tu intención sea dejarte llevar por las figuritas de una pelota rodando con ritmo infantil, y que, de pronto, te des cuenta que esa fábula minimalista te ha removido a fondo. ¡Cuidado! Si tienes despierto a tu niño interior, o si eventualmente le sacas a pasear de su letargo, La Parte que Falta puede inflamar la fibra sensible y dejar una huella difícil de procesar durante unos minutos.