Jimy está harto de que todos se burlen de él en el colegio, de que la maestra le ponga en ridículo delante de los demás y de que su madre le obligue a estudiar tanto y no le haga caso porque está coladita por su nuevo novio. Ojalá todo cambiase, se decía constantemente el chaval... y, sobre todo, ¡ojalá fuera capaz de hablarle a María, una niña de preciosos ojos verdes por quien comienza a sentir cosquilleos en la barriga! La llegada de una anciana pastelera al barrio, obligará a Jimy a tomar decisiones de las que nunca se hubiera imaginado capaz.