Hace millones de años un cometa
(o varios)
se estrelló contra la Tierra, la perforó y la llenó
de agua. Turbulentas aguas que desataron olas
gigantescas, tsunamis catastróficos, remolinos
de hielo y rocas. No le hicieron daño a nadie:
en la Tierra no había asomo de vida. Cuando
los remolinos cesaron y acabó la turbulencia
la paz reinó en las profundidades marinas.
Entonces algunas moléculas (las más atrevidas
y vivaces) se animaron a reproducirse en ese
caldo o sopa primordial, el jardín del pulpo
donde ansiamos volver. Según esa teoría, de allí
venimos todos: los perros, las moscas, los
pandas
gigantes, las aves de corral, los lectores de
poesía.
«Escolio al poema El jardín del pulpo», de Eduardo Chirinos.
Eduardo Chirinos (Lima, Perú, 1960-Missoula, Montana 2016) es conocido como poeta, ensayista, traductor y autor de cuentos para niños.