Los griegos y los romanos, más allá de las profundas diferencias entre ambas culturas, vivían las relaciones entre los hombres de forma muydiferente a como lo hacemos nosotros hoy. Para los griegos y losromanos (obviamente, con algunas excepciones) la homosexualidad nuncafue una opción exclusiva. Amar a otro hombre no era una opción fuerade la norma, expresando la diversidad. Era «sólo» una parte integrante de la experiencia de la vida: era la manifestación de una pulsiónsentimental o sexual que alternaba, y a veces complementaba, el amorpor una mujer a lo largo de la vida.
Este brillante,estimulante y punzante ensayo sobre la bisexualidad en Roma y Atenasexplora sus contornos y relee sus dinámicas más profundas, gracias aluso preciso de las fuentes más diversas (textos jurídicos y médicos,poesía, literatura filosófica).