Presentado como una autobiografía del propio Tiberio ClaUdio, esta obra recrea los tiempos de la dinastía Julio-Claudia y el imperio romano desde el asesinato de Julio César (44 a.C) hasta el de Calígula (41 a.C.), en lo que se convierte en un implacable retrato de la grandeza, la crueldad y la depravación de los mandatarios de la Roma imperial.
Sin embargo, más allá de los acontecimientos, Gaves propone una muy sólida reflexión acerca del conflicto entre la libertad republicana (encarnada por Augusto y el joven Claudio) y el orden y la estabilidad imperiales (defendido por Livia) que no ha perdido ni un ápice de su vigencia.