Este trabajo de Francis Brumont llena un vacío que se dejaba notar en la historiografía sobre el campo o la economía agraria de Castilla la Vieja en la segunda mitad del siglo XVI, completan- do así la visión de conjunto necesaria al lado de la obra de Noel Salomon, La vida rural castellana en tiempos de Felipe 11, que se refiere a Castilla la Nueva, y de la monografía urbana de Bartolomé Bennassar, Valladolid en el Siglo de Oro. La obra de Francis Brumont es un estudio de historia económica rural elaborado según las directrices de la actual historiografía francesa y basado rigurosamente en una larga etapa de recogida de documentación. Resulta notable la densidad de información que en ella se ofrece, extraída de los archivos, y que sin duda incitará a los estudiosos para futuras investigaciones en archivos como el de Simancas y el Histórico Nacional. Suministra gran número de noticias de primera mano, de indudable valor para la historiografía económica española. En la primera parte expone los principales aspectos de la vida económica del norte de Castilla la Vieja en la segunda mitad del siglo XVI. La segunda parte se basa fundamentalmente en la investigación de una comarca, La Bureba: el relieve, los suelos, el clima, la demografía, la economía (agricultura, ganadería, intercambios y artesanado), la sociedad. Completa el libro un abundante aparato estadístico (cuadros, gráficos y mapas) y un índice de topónimos.
