El autor quería saber qué era la corrupción, por qué se producía y adónde nos llevaba. Quería ver a partir de qué lógica, de qué reglas de juego, se podía entender lo que pasaba y sacar conclusiones prácticas. No le preocupaba mucho qué papel pudo jugar Fulanito en el caso Perenganito, sino la lógica que llevaba a que se pudieran producir casos como éste. Pero descubrió que para entender la corrupción de un país hay que intentar comprender el funcionamiento del sistema del que forma parte.