...y, sin que ahora nadie me lo impidiera, permanecí a su lado, atareado, mientras todos los medios por recobrarlo estaban siendo probados; pero había sido golpeado hasta la muerte por la ola atroz, y su generoso corazón estaba callado para siempre.
Otros libros del autor
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información