Cuando Keira resulta herida, Mount jura no detenerse ante nada para salvarla y vengarla. Aquellos que al atacarla intentaron hacerle daño a él, pagarán con su vida. Pero Keira tiene el mismo afán de venganza que Mount. Ella también quiere que paguen aquellos cuya intención era perjudicar al hombre al que -ya no puede negarlo- ama sin remedio. En sus pasiones y en sus deseos, Keira y Mount han encontrado el camino que ha de mantenerlos unidos. Siempre y cuando sus enemigos no acaben con su historia de amor.