El convento dominico de San Pablo ha sido testigo de excepción de la historia de nuestra tierra durante casi 750 años. Así lo intuyó, a finales de la década de los 60 del siglo XX, el joven y prometedor historiador Jesús M.ª Palomares Ibáñez cuando, de la mano del insigne Dr. José M.ª de Azcárate y Ristori, abordó la exhaustiva investigación sobre el devenir del convento vallisoletano, desde su fundación en 1276, hasta su restauración tras la exclaustración decimonónica. Un trabajo onerosísimo y artesanal que hizo arraigar aún más el profundo afecto que el profesor Palomares ya profesaba a su casa madre; y que permanecía inédito. Sesenta años después de aquella gesta, el Ayuntamiento de Valladolid lo incorpora a su catálogo editorial con gran emoción y agradecimiento a quien reconoce como uno de los grandes hacedores del corpus historiográfico vallisoletano.