¿Se puede matar a alguien con una novela si no es de aburrimiento?
¿Puede la literatura crear realidad?
La Escritora, asesora jurídica de un hospital, recibe de Gonzalo Vigiola,
honrado Interventor de Ayuntamiento perseguido por el corrupto Alcalde,
el extraño encargo de escribir una novela con un crimen sin huellas, sin
otro móvil que hacer justicia. Un crimen perfecto.
El Interventor y su amante Alicia Almenara, trabajadora social del hospital,
han descubierto que la escritura traspasa a la realidad. Ambos han escrito
unos relatos sorprendentes que se han trasladado a las páginas de sucesos
de los periódicos: una pierna encontrada en un pantano, un asesinato en
un balneario, un muerto que habla cuya identidad se desconoce...