Al principio el narrador nos sitúa en Sledwaya, la ciudad más enferma de toda Zamonia, y presenta a los protagonistas: Eco, un grato un gato que tiene la capacidad de hablar con cualquier ser vivo, está muriéndose de hambre después de la muerte de su dueña y accede al trato que le propone Eisspin, el Maestre de Burujas toda ciudad de Zamonia tiene un Maestre de Burujas que regula todos los asuntos locales y es el verdadero amo. El trato es ser cebado con los alimentos más exquisitos y tratado a cuerpo de rey durante un año para que luego Eisspin pueda usar su manteca y sus órganos en experimentos alquímicos.
Abundan los personajes singulares, como el vúo un búho de un ojo solo, o los muscílagos parientes zamonios de los murciélagos; y los comentarios graciosos, algunos muy elaborados como cuando Eco entra en la casa de Eisspin y observa «tres figuras aterradoras: un segador gris, una bruja de avellano y una momia de cíclope. Eran tres de las criaturas más peligrosas de Zamonia, y la probabilidad de encontrárselas en el mismo lugar era tan elevada como, por ejemplo, la de ser alcanzado por un rayo, un meteorito y una cagada de pájaro al mismo tiempo». Aunque no es lo más importante, porque el atractivo del libro para sus lectores naturales son las muchísimas digresiones y derivaciones, el argumento tiene cierta tensión: ¿se librará Eco del diabólico Eisspin?