Donna Haraway se pronone demostrar en este libro clásico de los estudios culturales y de género, cómo el Museo de Historia Natural de Nueva York no se creó con un ansia conservacionista, ni con fines científicos o de divulagación. Lo que en él se narra es una historia interesada de la naturaleza en la que la masculinidad blanca y capitalista trata de afirmar su hegemonía sobre los discursos disidentes de feministas, socialistas e inmigrantes que ponían en peligro, allá por los inicios del siglo XX, la frágil constitución de la virilidad occidental. Con una fina ironía la autora va desvelando la ideología eugénesica, patriarcal y racista que se esconde tras la llamada historia natural y que no es sino un orquestado plan para perpetuar lo que Haraway denomina el patriarcado del osito Teddy"
