La hazaña de Chus Lago de coronar el Everest sin ayuda de oxígeno la coloca como la única alpinista que lo ha conseguido y que esta viva para contarlo. Y eso es lo que hace en este libro siguiendo a manera de diario el calendario que la acercaba a la cumbres, contarnos su aventura. Pero no se trata de un relato técnico, sino que Chus Lago se nos ha descubierto como una interesante escritora, capaz de transmitir las sensaciones más extremas y también las más cotidianas, descubrir las montañas más desafiantes, dibujar los rasgos de los nativos, crearnos miedo en el cuerpo, hacer que demos por ella los últimos pasos de la cumbre, y tener tiempo para percibir la poesía que ofrece el Everest a cuantos lo desafían con respeto.