Madden construye en Ex libris una narrativa de acertijos posmoderna que es a la vez lúdica y penetrante, y que lo acredita como uno de los grandes maestros visuales de la metaficción en el panorama actual. Un protagonista sin nombre se despierta con amnesia en una habitación anodina donde se encuentra atrapado: no recuerda cómo ha llegado allí, tan solo es capaz de analizar lo que encuentra a su alrededor, poco más que un futón y una estantería llena de cómics. Mientras examina las portadas, lee las historias y repasa sus páginas meticulosamente, va creciendo la sospecha de que los libros contienen mensajes ocultos. La premisa de los cómics dentro de los cómics brinda a Madden la oportunidad de recrear una deslumbrante variedad de géneros y estilos: cómics románticos, cómics de terror, realismo europeo, fábulas, cómics autobiográficos, e incluso manga. La ficción y la realidad empiezan a confundirse exponencialmente; la cordura y la locura se entrelazan cada vez más a medida que se intuye que la clave para salir del laberinto se encuentra precisamente entre viñetas. Con una vertiginosa variedad de estilos visuales y narrativos, y con un protagonismo indiscutible de los aspectos formales del lenguaje gráfico, Ex-libris continúa la línea de exploración lúdica que Madden inició con 99 ejercicios de estilo y constituye una clase magistral indiscutible del arte de la narrativa gráfica.
