Se desentiende de los problemas meramente filosóficos y elige como tema los asuntos que a todos nos conciernen, proyectando sobre ellos, eso sí, la luminosidad de una mirada filosófica. Y con ese propósito cultiva un género, el microensayo, donde la brevedad, la amenidad, la anécdota personal y el humor se ponen al servicio de una aproximación moderna, profunda y original a cuestiones eternas de la existencia humana.