«¿Para esta mierda me has hecho levantar hoy?», le soltó su padre a Erika cuando esta perdió su primera final de full contact. Esa pregunta cargada de desprecio fue uno de los impulsos que Erika necesitó para encaminar su vida a la victoria. El menosprecio de sus padres, la incomprensión de sus hermanas, el enfermizo acoso de su pareja, la indiferencia de sus vecinos y la soledad son escenarios contra los que Erika debe luchar en varios asaltos, como si de un torneo de supervivencia se tratase.
Y es que en Historia de una campeona asistimos no solo al ascenso de una deportista entregada a su pasión, sino también a la historia de una mujer que combate la frialdad de una sociedad que parece estar en su contra.