En 1844 proliferan las sociedades secretas y las conspiraciones. Un grupo de personajes, civiles y militares, se relacionan en los mentideros de Madrid. Es una agitada época política en la que el pueblo demandaba la trasformación a una sociedad diferente.
En la novela el autor respeta rigurosamente los hechos históricos. Sus protagonistas también tienen ocasión de constatar las consecuencias de las anteriores guerras en otras regiones y comprender el desengaño de la mayoría. Algunos se ven requeridos a colaborar en tramas urdidas por poderes ocultos, o arrastrados a una serie de dramáticas situaciones, como el duelo.
El análisis de las conductas personales de los protagonistas, y su tremenda inconformidad y frustraciones, plantean una serie de interrogantes que permiten, con la lejanía del tiempo, valorar las conductas y hechos que tanto influirán en la historia posterior.
Todo ello en el marco de un país que no era capaz de liberarse de una serie de dependencias y complejos por la pérdida de su inmenso imperio colonial, agravado por la continua violencia de las luchas internas.