aquí sólo viven los que son como nosotros.
aquí
la vida se bebe y la muerte se olvida.
en los pocos momentos de fe y de
arrepentimiento, por la noche,
los muros se adelgazan, se estiran, se alzan
como un sudario tembloroso que cubre un
cuerpo de otro mundo.
pero nadie se despierta y por la mañana el
bloque de pisos vuelve a ser
una camisa arrugada de cuyos bolsillos sólo
salimos nosotros,
nosotros y nadie más.
aquí sólo viven los que son como nosotros.
aquí
la vida se bebe y la muerte se olvida.