Si el destino de la Segunda Repテコblica se decidiテウ en terrenos alejados del religioso, lo cierto es que en テゥl se originテウ la movilizaciテウn del cosmos catテウlico y, paralelamente, una sorprendente emergencia de las derechas espaテアolas en un espacio de tiempo muy corto. Tales circunstancias ayudaron a la resurrecciテウn polテュtica del carlismo, movimiento popular y monテ。rquico, cruce entre tradiciテウn y profecテュa, durante los aテアos 30 del siglo XX. Los tradicionalistas pronto advirtieron que la cuestiテウn religiosa era una polテゥmica sumamente テコtil para la movilizaciテウn social, por lo que trataron de utilizarla en su propio beneficio polテュtico. Al sentir que su fe se encontraba amenazada durante la Repテコblica, los carlistas pusieron en marcha una amplia serie de actuaciones y respuestas polテュticas, sociales y culturales, enfrentテ。ndose no sテウlo a los vencedores del 14 de abril sino tambiテゥn a los posibilistas catテウlicos, combatiendo y debilitando su proyecto accidentalista.