Roma, 1896. Maria Montessori sabe desde muy joven que no va a hacer lo que la sociedad espera de ella y, convertida en la primera mujer médico de Italia, decide dedicar su vida a los niños. Valiente, fuerte, única, Maria debe enfrentarse a numerosos obstáculos, pero consigue que su método se convierta en una auténtica revolución. Para ella es uno de los momentos de mayor felicidad y el comienzo de una carrera pedagógica sin precedentes. Pronto empieza a trabajar con Giuseppe y su relación pasa rápidamente de profesional a personal, pero Maria quiere mantenerla en secreto porque su prioridad es el trabajo. Cuando él le pide que den un paso más, Montessori se enfrenta a la decisión más difícil de su vida.