Es difícil creer que pueda haber alguien tan malo y que disfrute tanto haciendo el mal a sus vecinos, a los desconocidos y hasta a sus propios hijos. Alguien tan mezquino que hace daño, engaña y provoca terror hasta a los animales más peligrosos. Pero claro, la risa llega cuando a esta señora tan perversa le preparan una trampa tan inocente que tendrá que beber de su propia medicina. Verás cómo hay muchos malos que además son tontos.