Después de treinta y cuatro años al servicio de la Iglesia católica, la ambición y la crueldad de Rodrigo Borgia alcanzan la mayor de las recompensas cuando es elegido sumo pontífice con el nombre de Alejandro VI.
En su intento por acumular poder y riquezas en manos de su familia, el nuevo papa decide destinar a sus hijos a dos cometidos muy diferentes: Juan seguirá la carrera militar y César la eclesiástica. Pero este último empieza a alimentar sus propias ambiciones, que pronto toman un cariz de venganza y resentimiento contra su padre.
Mientras Alejandro VI se abre camino en la lucha política contra sus numerosos enemigos, entre los que destacan el cardenal Giuliano Della Rovere y el rey Carlos VIII de Francia, el pontífice deberá guardar sus espaldas porque el mayor de los peligros podría ser sangre de su propia sangre...
