Considerado por muchos uno de los más destacados autores ingleses de literatura fantástica de la segunda mitad del siglo XX, Robert Aickman siempre sostuvo que no escribía cuentos de terror, sino historias de lo extraño, relatos que tienen la rara virtud de sumergirnos en una tensa e inquietante atmósfera. Esta nueva entrega de su obra vuelve a constatar su gran talento para lo fantástico narrativo.