Madrid, mediados del siglo XX. Durante el velatorio del cadáver de don Julio Reyes, un acomodado paterfamilias de la España campante tras la guerra civil, sus allegados rememoran episodios en torno a la vida del fallecido y a las suyas propias durante los años de la contienda y reconstruyen un retrato sucio y cruel de la sociedad biempensante que pretenden representar. Lo que aflora es una crónica de falsedades, humillaciones e hipocresías, narrada a borbotones por un coro de voces entre el testimonio directo y el flujo de consciencia y que tiene su contrapeso en el personaje de Sole, la criada de la casa, símbolo de todas las derrotadas y derrotados de la historia y auténtica protagonista de la novela.