Marta es cualquiera de nosotras.
Una mujer que sueña y que vive las pesadillas que todas vivimos.
Por experiencia, las pesadillas no son razonables, no son lineales, y no tienen un final definido.
El puzle de Marta se forma a través de sus miedos: miedo a ser humillada por las amigas, miedo a engordar, miedo a ser madre, a cambiar de trabajo en el momento equivocado, a que la dejen plantada el día de su boda, a estar curada de un cáncer, miedo a que su bebé fallezca en la cuna, o quizá que no llegue a nacer?
¿Los hombres?
Los conocemos por el orden de llegada. No nos importa su nombre. Ni a ella tampoco. Solo los que consigan hacerla feliz tendrán derecho a identidad.
¿La buena noticia?
Todas seguimos adelante, todas sonreímos, somos creadoras, todas nos entregamos a la vida con los brazos abiertos porque sabemos que podremos con eso, y con más.