Fernando, treinta y cinco años, es un joven bien situado socialmente gracias, en parte, a la solvencia económica de la familia de su mujer. Su empresa de eventos marcha bien y le mantiene muy activo. Pero arrastra un poso de insatisfacción en esa vida objetivamente envidiable, que va erosionando su día a día. La relación con Marta, su mujer, ha llegado a un punto en el que ya no hay mucho de qué hablar en un pactado todo está bien. Sin embargo, la vida de Fernando no fue siempre tan lineal y monocorde. Con una activa juventud ligada al entorno idealista de una ocupa pionera del Madrid de los años noventa y a su grupo estrella punk hardcore, Expresidentes, Fernando aún recuerda, aunque lejos, lo que es sentir en primera línea el aire fresco de la utopía.