Aparentemente nos resulta fácil distinguir una palmera del resto de plantas: un penacho de hojas que pueden tener aspecto de pluma o de abanico, a menudo al final de un tallo cilíndrico no ramificado y más o menos columnar. Sin embargo se trata de un grupo de una complejidad fascinante, casi todas ellas pertenecientes a la amplísima familia de las Arecáceas, pero no siempre. A veces nos encontramos plantas con aspecto de palmeras que no sólo no son Arecáceas, sino que ni siquiera son Angiospermas (plantas con flores y frutos desarrollados), como es el caso de las Cicadáceas.
En este libro podremos hacernos una pequeña idea de la enorme variedad de este grupo. Aunque la mayoría de las especies sólo pueden prosperar en ambientes tropicales o subtropicales, encontramos especies que son capaces de aguantar incluso heladas.
Además de ofrecernos información general muy útil sobre la botánica y las necesidades de cultivo de estas plantas, Squire nos ofrece unas fichas de bastantes especies en las que ofrece detalles anatómicos para poderlas reconocer bien e, incluso, detalles acerca de cómo llegar a reproducirlas.
