El abuelo ha muerto y su nieto se plantea, de una manera ingenua, una reflexión sobre la muerte y el más allá. Recuerda al abuelo y los ratos que pasaron juntos y se pregunta cómo será su vida ahora, en ese lugar llamado paraíso. La propuesta de la ilustración se resuelve a través de la gráfica de la señalética, que aporta al libro una aparente distancia a las emociones que se compensa con un texto muy cálido y a veces humorístico.