Érase una vez un matrimonio de leñadores muy pobres y pasaban hambre de verdad. Tenían siete hijos. Al menor, que no solía hablar demasiado y era muy despierto, lo llamaron Pulgarcito.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información