A sus amigos les gustaba vivir con la rana. Ella estaba en su bote de cristal, y el niño y el perro la miraban. Pero una noche, mientras dormían, ella prefirió irse. Usó todas sus fuerzas para salir del bote y, a saltos, se alejó de la casa. Al despertar sus amigos se pusieron tristes. Y decidieron salir a buscarla. Tuvieron que ser valientes, para saltar por la ventana, y comenzar a caminar hacia el bosque. La llamaban a gritos, pero no contestaba. Siguieron caminando, y luchando contra todos los peligros para encontrar a su amiga.