En Sombra Salamandra el autor vuelve al humor entonada con la mezcla de géneros: el surrealismo, la dislocación de la realidad propia de estados alterados de la conciencia de la psicodelia, el pop y la tradición. Por sus poemas desfilan, de nuevo, una caterva de personajes y monstruos: Drácula, el hombre lobo, el hombre menguante, los humoristas Tip y Coll, Luis de Góngora, Javier Gurruchaga, El Verbo, los Pitufos, los hermanos Marx, Chaplin, el monstruo de Frankenstein.