El cocodrilo estaba triste. El cocodrilo no tenía amistades, y, si alguna vez las tuvo, solo le duraron tres minutos. Imagínate lo que duran tres minutos. Poquito, ¿no? Pues eso es lo que le duraban las amistades al cocodrilo.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información