En el cine, Superman equivale a desahogo, esparcimiento, descanso, un rato agradable en compañía de los más pequeños de la casa. En realidad, Superman es un personaje ficticio y amañado, un impostor que se presenta y postula como el megacrack del Management, el modelo a imitar. Así, Santiago Álvarez de Mon propone en este libro:
-Frente al profesional estrella, engolado, agresivo y efectista, un trabajador competente, discreto, limitado y normal.
-Frente al directivo petulante, fatuo, poderoso e insolente, la oportunidad de conocer y llegar a querer a una persona fidedigna, cierta, sobria, controvertida, imperfecta, frágil, humilde e inteligente que se ratifica confundido y agobiado.